martes, 25 de octubre de 2016

Corazón de Vampiro - Capítulo III















Después de un largo camino Jury y yo volvimos a juntarnos. Tal parece que nuestro destino estaba marcado para estar juntos, sin embargo esto era lo que yo menos deseaba en aquel momento, ya que al estar a mi lado su vida corría peligro.
     Yo deseaba saldar viejas deudas con Alder pero sin llevar la vida de nadie conmigo.
-¿Qué haces aquí Jury? Por favor, debes irte.
-¿Qué? ¡No!, no voy a dejarte solo Killian, tú y yo estamos juntos en esto.
-¿Juntos? Jury, Alder me quiere a mí, no a ti y estoy seguro que al tenerme olvidará a Amy, con mi vida bastará para detenerlo.
-Entonces ¿la solución es entregarte y que te asesine? No pasamos por tanto solo para eso, ¿cierto? – ahora su rostro mostraba una expresión de enojo.
-Entiende Jury, no quiero que te lastimen, tú eres muy importante para mí. Si algo te pasara jamás me lo perdonaría. – a pesar de ser un vampiro podía sentir a mi corazón casi ardiendo, el temor de perderla era el sentimiento más fuerte y doloroso.
-¿No lo entiendes tu Killian? No me importa mi vida, yo quiero estar contigo hasta el final, aunque eso signifique la muerte para mí. Por favor, permíteme quedarme a tu lado.
     Sentí un cuchillo clavarse a mi corazón, no podía llevarla conmigo, pero tampoco podía dejarla, sabía que si aceptaba que ella viniera conmigo la estaría condenando a un destino de muerte, pero si ella estaba a mi lado sería el motivo más grande para vivir, para luchar.
Bien, dejaré que vengas, pero debes hacer todo lo que yo te diga, ¿de acuerdo?- yo simplemente esperaba no equivocarme con mi decisión.
-Sí, de acuerdo, haré lo que tú digas.-sonrió ella.
-No tienes remedio mi dulce Jury.- acaricié su mejilla con mi mano.
-Lo sé, pero por eso me quieres ¿no? - sus brillantes ojos eran cautivadores.
-Sí, así es.- acerqué mi rostro al de ella y le di un beso en su frente.

     Ese pequeño instante, fue capaz de hacerme olvidar por un momento todo lo que estaba sucediendo.

***

     Al estar tan cerca de las instalaciones de la orden se percataron de nuestra presencia y Alder envió a su grupo de vampiros a escoltarnos hacia adentro.
     Mi cuerpo temblaba al saber que Jury estaba allí, una humana entre vampiros era lo peor que podía suceder.
     Llegamos a la oficina del líder Sein, quien nos recibió como si fuéramos sus visitas más esperadas, deseaba tomar nuestras vidas de la manera más hiriente para ambos.
     Antes de que Alder empezara a decir palabra decidí explicarle primero, el motivo por el cual estaba allí.
     -“Alder, sé que me has buscado desde hace mucho tiempo, se perfectamente que lo que hice en mi pasado rompió las reglas de la orden, es por eso que estoy aquí hoy. Enviaste a Amy a vigilarme, pero ella es solo una niña y no merece este futuro tan oscuro. Vengo a ofrecerte mi vida a cambio de la vida de Amy, a cambio de que dejes ir a Jury y no lastimes a nadie de la aldea en la que me he albergado durante todo este tiempo.”-
      Pronunciaba cada palabra y mi corazón se desgarraba, el tan solo pensar que me podrían arrebatar a la persona que más he amado rompía en pedazos cada parte de mi alma. No sabía si Alder aceptaría perdonar la vida de ellos a cambio de la mía.
     Después de un corto momento de silencio Alder soltó una risa y me vio fijamente.
     -“Killian, te he buscado más de lo que te imaginas. He seguido cada paso tuyo desde que huiste de tu hogar. Tus padres estaban muy tristes al darse cuenta que tanto sacrificio que habían hecho por su salvar tu vida, tú mismo lo habías desechado como si fuera un simple pedazo de basura. Debí tomar tu vida en aquella ocasión, cuando te tuve en mis manos. Tan solo eras un niño pero me habría ahorrado tantas molestias que has causado.

     No solo te he buscado por lo que has hecho en tu pasado, sino también por lo que hicieron tus padres hace muchos años.
     Supongo que no sabes quién es en realidad la chica que hoy está a tu lado. Pero, yo si lo sé. Y te haré un favor, te diré quién es ella realmente.-
Sus palabras no tenían sentido -¿Dé que hablas?- dije volteando a ver a Jury, su rostro tenía una expresión distinta a la mía, no parecía estar sorprendida, más bien asustada.  
     Hace 12 años tus padres, los de Jury y los padres de Amy decidieron revelarse ante la orden, al parecer no estaban de acuerdo en seguir las normas que yo había establecido para los vampiros. Pero como saben, nadie puede oponerse a mis decisiones.
     Les ofrecí un trato a cambio de perdonarles la vida por su desobediencia, debían entregarme a su hijo o hija menor para que me sirviera. En tu caso Killian, tus padres entregaron a un niño, quien era hijo de una de sus sirvientas, aquel niño con el que solías jugar cuando eras pequeño.
     A pesar de esto, decidí perdonarles la vida, ya que después de todo tú eras su único hijo y me habían entregado a alguien a cambio.
     Sin embargo Jury, tus padres decidieron no entregarte. No querían sacrificar tu vida por la de ellos. Así que una noche decidieron tomar sus cosas y a sus preciados hijos y huir de mí, como si eso fuera tan sencillo.-
      Las palabras de Alder habían causado en mí escalofríos, mi cuerpo se estremecía con cada palabra que decía. Yo recordaba a aquel niño, Samy. Solía jugar con el todos los días al terminar mis lecciones.
     Un día de repente no llegó más. Pregunté a mis padres la razón por la que él ya no estaba y me dijeron que su madre había tomado la decisión de mandarlo a vivir con unos familiares en otra ciudad.
     Sin embargo, podía notar que su madre me veía de una forma extraña. A veces con tristeza y a veces había algo de odio en sus ojos. Esa era la razón por la que el único amigo que tenía había desaparecido sin decir nada.
     Por otro lado, me desconcertaba también lo que Alder estaba sugiriendo, mi preciada Jury ¿un vampiro? En mi mente no podía creerlo, ya que nunca había sentido en ella la esencia de vampiro.

     Sin embargo eso explicaría la razón por la cual Jury no temía tanto a aquellos oscuros seres, ya que ella también provenía del mismo lugar.
     Me preguntaba, ¿cómo fue que en realidad nuestros padres habían llegado a ese punto?
     -Realmente me molestó mucho que intentaran huir de mi tan cobardemente, así que cuando iban en la carretera mis sirvientes los alcanzaron, tus padres intentaron impedir que te llevaran.- Los ojos de Jury se llenaban de lágrimas con cada palabra que salía de la boca de Alder.- Te enviaron al bosque con tu hermano. Y aunque él estaba herido logró utilizar sus últimas fuerzas para sellar tus poderes vampíricos, de esa manera has vivido como humana todos estos años ¿no es así? Y Jury, hoy gracias a Killian has regresado a mí, justo como debía ser desde el principio.- Su sonrisa era asquerosa, se regocijaba con cada palabra que decía.
     Por supuesto, cuando todo esto sucedió los padres de Amy aún no tenían ningún hijo, así que les advertí que cuando lo tuvieran tomaría su vida al cumplir los 9 años.
     Tres años después la tuvieron a ella, pero tampoco deseaban entregarla, así que hace un año simplemente la tomé. Ella, ya me pertenecía. Creyó que la muerte de sus padres había sido un accidente, pero en realidad todo estaba planeado, sabía que de cualquier forma ella terminaría en este lugar.-
-¡Eres un imbécil!- apretaba mis puños tan fuerte que sentía mis uñas incrustarse en mi piel.
-Tal vez lo sea, pero he obtenido todo lo que he querido.-
-¿Cómo pudiste asesinar a nuestros padres?, jamás voy a perdonártelo, te juro que vengaré a mis padres, a mi hermano y a los padres de Amy también. Tú no tenías ningún derecho a tomar sus vidas, no eres un Dios, tú eres nada, ¿lo oyes? ¡NADA!.- Parecía que Jury estaba a punto de golpearlo, la sujete del brazo con mi mano tratando de colocarla detrás de mí.
-No me importa lo que tú pienses de mí, o lo que Killian piense de mi ¿sabes por qué? Porque no me importas tú, no me importa ninguno de ustedes, serán mis esclavos o morirán, esa es la verdad de todo esto.-
-¡Eso quisieras tú Alder! Pero no te permitiré tomar ninguna vida ma´s.-
-¿Ah no? los mataré a ambos; empezaré con Jury, mandaré a buscar a Amy, asesinaré a toda la gente de su asquerosa aldea y por último te mataré a ti, Killian.-

     Las palabras de Alder eran tan sucias y crueles, me acerqué a su escritorio y le di un golpe a la mesa. Estaba realmente molesto, él había jugado con la vida de nuestras familias y las nuestras como si fueran simples piezas de su rompecabezas.
     Incluso había tomado la vida de un niño que no estaba involucrado para nada con esto, un chico inocente, que era mi amigo.
     Después de escuchar todo esto, en mi alma sentía la oscuridad nuevamente. Alder debía pagar por lo que había hecho y yo me encargaría de que eso sucediera.
     Pero primero debía asegurarme de sacar a Jury de ese lugar, también buscaría a Samy, mi viejo amigo. Tal vez el destino me daba la oportunidad de salvar su vida, sino era demasiado tarde.
     -Nuestras vidas por ningún motivo te pertenecen Alder, nos pertenecen a nosotros únicamente y tú no tienes el poder de cambiar eso.
     Lo que hayan hecho nuestros padres en el pasado es cuestión de ellos, nuestras vidas no están en juego. Me aseguraré de que pagues por todo el daño que has hecho.-

No es una amenaza, es una promesa.

     Tomé a Jury de la mano y nos dirigimos hacia la puerta, pero Alder tenía sirvientes afuera que no nos dejarían pasar. La sujeté fuertemente y corrí hacia la ventana más cercana, sentía los cristales cortando mi cuerpo, pero me sentía tranquilo ya que mis brazos podían proteger a Jury.
     Saltamos hacía el bosque detrás de la casa, corrí tan rápido como pude para alejarnos de la guarida de la orden.
     Llegamos a un punto en el bosque en donde estaríamos a salvo. Al ver a Jury, lagrimas caían de sus ojos. Ella no sabía el verdadero motivo por el que aquellos vampiros los habían atacado en esa ocasión, el motivo por el que habían acabado con la vida de sus padres y la de su hermano. Al parecer, su única salvación había sido la única sobreviviente.
     El día que huyeron de casa, le dijeron que irían de vacaciones por un tiempo, su hermano era el único que sabía lo que estaba sucediendo realmente, sus padres le habían encargado a él la tarea que no importaba lo que sucediera no debía dejar que nadie lastimara a Jury. Sin importar más, él debía protegerla y alejarla de aquellos oscuros seres.

Una tarea peligrosa.

     Sellar sus poderes fue la mejor opción que encontró para salvar a su querida hermana, de ésta forma la orden cazadora no podría sentir su esencia y no podrían encontrarla. Y siendo humana se adaptaría muy bien a vivir entre los humanos.
     Antes de morir, su hermano le dijo que desde ese momento en adelante viviría como mortal y que debía proteger y respetar a las personas que la acogieran y le dieran un hogar, que por nada del mundo debía revelarle a nadie su verdadera identidad. Esta promesa fue la razón por la que Jury nunca me dijo la verdad acerca de ella y de su trágico pasado.
     El destino es realmente impredecible, quién diría que se empeñaría en juntarnos y darnos la oportunidad de terminar con esa situación que había destruido nuestras vidas y que si no lo deteníamos nos perseguiría para siempre.

***

     Amy había regresado a la aldea, los aldeanos estaban muy preocupados por nosotros, pero ella logró tranquilizarlos y les dijo que pronto regresaríamos a casa, sanos y salvos. En ningún momento pasaría por su mente lo que realmente estaba sucediendo, la forma en que los tres estábamos vinculados.
     Jury estaba decidida a vengar la muerte de su familia, pero ella ahora era humana y sin importar que tanto esfuerzo pusiera no podría acabar con ninguno de los vampiros.
     Decidí que era el momento perfecto para volver a casa, mis padres eran los únicos que quedaban con vida, al menos hasta que me marché de casa.

     Jury estuvo de acuerdo en acompañarme, pensamos que ellos podrían explicarnos por qué había sucedido todo eso y tal vez podrían ayudarnos a liberar nuestras vidas.
      Por otra parte, sería el momento ideal para disculparme con mis padres por haber huido de casa de la forma en que lo hice. Podría pedirles perdón por olvidar todo lo que ellos me habían enseñado.

***

     Llegamos a casa, estaba tal y como la había visto la última vez, como mi mente la recordaba. Mi corazón latía rápidamente, esperaba que mis padres no me guardaran ningún rencor por lo que había hecho, les había fallado pero esperaba que en su corazón aun guardaran amor por mí.
    Yo no me animaba ni siquiera a tocar la puerta. –No te preocupes Killian, estoy segura que tus padres no están enojados contigo y mucho menos te odian. Ellos deben comprender porque lo hiciste. Es más, podría asegurarte que ellos esperan con ansias tu regreso.
-Quizás tengas razón Jury. De todas formas, tarde o temprano debía afrontar lo que hice.-
     Después de escuchar sus palabras me decidí a tocar la puerta, después de unos segundos una señora vino a abrirnos. Cuando me vio sus ojos se abrieron y se llenaron de lágrimas. Era la madre de Samy, aun trabajaba para mis padres, aun después de todo lo que había sucedido.
-¡Joven Killian! ¿Es usted en verdad? -ella me abrazó fuertemente- creí que jamás volveríamos a verlo, pase por favor, en seguida le avisaré a sus padres, estoy segura que estarán felices de verlo.-nos dirigió hacia la sala.
     Corrió a llamarlos, mis padres llegaron a la sala y al verme quedaron realmente impactados, los ojos de mi madre se llenaron de lágrimas, se acercó a mí y me abrazó fuertemente.
-¡Hijo! Realmente estás aquí –decía con su voz casi quebrándose- pensé que jamás volvería a verte-sus brazos rodeaban mi cuello, podía sentir el latido de su corazón en mi pecho, sin darme cuenta mis ojos se habían llenado de lágrimas también.

    Mi padre, quien siempre pareció un hombre duro, se unió a nosotros, abrazándome fuertemente también.
-¡Bienvenido a casa hijo!- su voz era igual de fuerte que siempre, pero podía sentir el alivio de verme, en sus palabras.
-Por favor, perdónenme por el dolor que causaron mis acciones, por haberme marchado de la forma en que lo hice, creí que estaba haciendo lo correcto, no pensé en las consecuencias.- los ojos de mi madre me veían fijamente-espero que puedan perdonarme.
-No tenemos nada que perdonarte Killian, entendemos que parte de tu decisión fue culpa nuestra. Te amamos hijo, lo que más nos importa ahora es que tu estés aquí de nuevo.-su mano acariciaba mi mejilla, era tan suave como yo la recordaba, como cuando por las noches se sentaba a un lado de mi cama esperando hasta que pudiera dormir.
-¿Y quién es tu amiga hijo?-preguntó mi padre.
-¡Oh! Lo siento... Ella es Jury, es mi novia.- A mis padres claramente les extraño la noticia, ya que podían sentir la esencia humana en ella.
-Un placer conocerte linda.- Dijo mi madre mientras la abrazaba.
-Es un placer para mí también conocerlos.- Dijo Jury con esa hermosa y cálida sonrisa que tiene.
-Papá, mamá, hoy no hemos venido aquí solo por esto- interrumpí- la verdadera razón es porque ambos deseamos saber qué fue lo que pasó hace 13 años con el líder de la orden de vampiros, Alder Sein.”-
     Al oír esto, el rostro de mis padres cambió, se habían dado cuenta que aquel oscuro pasado que los perseguía aún no había terminado, aun venia tras nosotros.
     -Después que hui de casa, hice muchas cosas  de las que ahora me arrepiento, que sé que no estaban bien, aunque tal vez me di cuenta demasiado tarde.
     Pero al darme cuenta traté de reivindicarme y terminé en el pueblo en el que Jury vivía. Ahí encontré tranquilidad y un poco de paz. Sin embargo después de un tiempo el destino nos alcanzó.
     Jury, es la hija menor de la familia Stone, quienes al parecer estuvieron de acuerdo con ustedes que Sein no era el mejor líder para la orden de vampiros.

     Al llegar a la aldea Alder se enteró que  yo estaba allí y envió a una pequeña niña a espiarme, quería que siguiera cada paso que daba, esa niña es Amy, la única hija de la familia Jones, quien también estaba involucrada en todo esto, ¿cierto?. – mis padres se veían el uno al otro con cada palabra que decía, como preguntándose por qué sabía yo todo eso.-
-Ambas perdieron a sus padres gracias a los vampiros de la orden. El líder envió a asesinarlos y aunque Amy estuvo un año bajo su techo al fin logró encontrar una forma de escapar, ha estado bajo nuestro resguardo desde hace aproximadamente un mes.
     Estamos aquí porque queremos que ustedes nos digan que fue lo que realmente sucedió y que nos ayuden a detenerlos.-
     Mis padres estaban realmente desconcertados con esto, no se imaginaron en ningún momento que yo sabía lo que había sucedido y mucho menos que el destino terminaría juntándonos a los tres.
     Mi madre soltó lágrimas que recorrían su preocupado y entristecido rostro. Mi padre trató de calmarla pero ella parecía estar dispuesta a decir toda la verdad.
     -Killian, tu padre Richard y yo tratamos de hacer lo que mejor que creímos para ti, sé que nunca debimos ocultarte la verdad. Así que empezaré contándote desde el principio.
     Cuando teníamos nueve años nuestros padres nos pusieron en una escuela para humanos, Alder también estaba con nosotros. Él era nuestro amigo, siempre jugábamos e íbamos  a casa juntos. Un día un niño de nuestro salón se enteró que éramos vampiros y empezó a divulgarlo por toda la escuela.
         Al principio nadie le creía, pero la gente empezó a poner más atención en nosotros y en cierto momento empezaron a tratarnos mal y hacernos a un lado.
     Alder se enfadó muchísimo y nos convenció que debíamos crear un grupo que pudiera ayudar y defender a los vampiros de los humanos.
     Cuando crecimos teníamos ya varias ideas sobre lo que haríamos y como la iniciativa era de Alder, decidimos que él debía ser el líder del grupo.
     Y efectivamente así fue, en el transcurso de esto conocimos a los padres de Amy quienes decidieron formar parte de la orden. Pero, había algo que siempre había sido un obstáculo en  nuestra amistad.

     Alder, se había enamorado de mí y yo estaba enamorada de tu padre, al igual que el de mí, cuando Alder me lo confesó, yo lo rechacé y le dije que mi corazón ya tenía dueño.
     Después de enterarse que era tu padre a quien yo amaba, su comportamiento comenzó a cambiar, él decía que no le importaba la decisión que yo había tomado, pero sus acciones mostraban lo contrario. Empezó a tratarnos mal, y quería siempre decirnos que hacer, deseaba que todos hiciéramos lo que él quería en el momento en el que él lo decía. Después de algunos años, un día, Alder se topó con aquel chico que en la escuela había revelado nuestra identidad, este hombre se alejó de él rápidamente y empezó a murmurar con las personas que lo acompañaban. Esto enfureció aún más a Alder, en ese momento el no hizo nada, gracias a que nosotros tratamos de calmarlo, pero al día siguiente que nos reunimos nos dio la orden de buscarlo y acabar con él. Ninguno de nosotros quiso acatar su orden, ya que el propósito por el que nosotros habíamos creado el grupo no era destruir a los humanos que nos vieran con malos ojos y que nos despreciaran.
     La historia que mi madre nos contaba era casi igual que la que Sein nos había contado, con la excepción que él no nos había detallado el motivo por el cual no estaban de acuerdo con sus normas.
     Luego mi padre continuó: -“Cuando nos negamos a hacer lo que él nos decía nos amenazó con matar a nuestros hijos, a todo esto tú ya tenías 10 años y Jury estaba por cumplir nueve años. Los Jones aún no habían tenido a Amy así que ellos no corrían tanto peligro en ese momento. Alder nos ofreció el trato que si les entregábamos a nuestro hijo menor él nos perdonaría la vida, en nuestro caso Killian, tú eres nuestro único hijo y no deseábamos perderte. Mary, nuestra empleada ofreció a su hijo Samy para que lo entregáramos a cambio de ti. Sabemos que no fue lo correcto, Samy era ajeno a todo esto y no merecía  ese oscuro futuro, el solo tenía 9 años, pero estábamos tan desesperados que decidimos aceptar. Realmente lo sentimos muchísimo Killian, sabemos que él era tu amigo y que realmente lo apreciabas mucho.-
     Mi padre estaba en lo correcto, Samy era el único amigo que tenía y realmente valoraba muchísimo su amistad.
     Cuando Alder nos contó la historia, pensé que mis padres habían obligado a Samy a ir con él, pero ahora tiene sentido porque Mary, su madre, nunca me trató mal, a pesar de que estaba triste por no tener a su hijo con ella, realmente apreciaba mi vida.

      Los padres de Amy y Jury habían muerto muy injustamente, quien debía desaparecer de este mundo no eran ellos, sino Alder ya que había permitido que la oscuridad inundara su corazón.
-Deben ayudarnos a detenerlo, el jamás nos dejará tranquilos si no lo hacemos.-
-¡Está bien! Pero, ¿cómo lo haremos? Alder es un vampiro muy poderoso, y tiene a cientos de vampiros bajo sus órdenes.- dijo mi madre.
- Debemos idear un plan, una estrategia que nos de ventaja sobre ellos, no importa que sea, debemos liberarnos de él. Además no olvides que nosotros también somos vampiros de sangre pura, somos tan poderosos como él.-
-En eso tienes toda la razón hijo.-dijo mi padre.

***
       Estuvimos una semana en casa tratando de idear el mejor plan de batalla y de prepararnos de la mejor manera posible, ya que si cometíamos alguna equivocación moriríamos.
     Cuando le conté a Mary que buscaría a Samy y trataría de traerlo de regreso a casa estuvo de acuerdo en ayudarnos, habló con el demás personal de la casa y con algunos otros vampiros que conocía para que nos ayudaran.
     Sin darnos cuenta más  de 50 vampiros se unieron a nosotros, de alguna forma Alder también se había metido en sus vidas de una manera cruel y todos estaban de acuerdo en que debía ser destruido.
     Sin embargo había algo que me quitaba el sueño durante las noches, mi dulce y amada Jury estaba dispuesta a participar en todo esto, a luchar, pero ella, a pesar de todo… seguía siendo humana.
Salvar tu vida es mi prioridad.
 

miércoles, 19 de octubre de 2016

Corazón de Vampiro - Capítulo II

La Orden

     



     Cerca de la ciudad, existía una orden caza vampiros, liderada por vampiros de alto rango. Ellos se dedicaban a cazar vampiros descontrolados, es decir vampiros de bajo nivel. Aquellos que solo cazan humanos por diversión o simplemente porque no pueden controlar su sed de sangre, aquellos humanos que fueron transformados en vampiros.

     El líder de la orden, el vampiro Alder Sein se había enterado de mí años atrás, de todo lo que había hecho, de la forma en que había manchado mis manos. Desde entonces me había estado buscando, pero con mí llegada a la aldea desaparecí de su vista durante un largo tiempo.

     Alder era uno de los fundadores de la orden, hace 50 años que la lideraba, al principio la habían creado con el propósito que existiera un grupo de vampiros que ayudara a los humanos que eran convertidos por vampiros de sangre pura. Pero el poder que sentía hizo que cambiara su forma de ser.

     El concilio caza vampiros liderado por humanos había sentenciado a Alder, si ocurría algún evento como ese el sería el primero en morir. Este concilio estaba integrado por personas que descendían de humanos caza vampiros, sabían cada técnica que podía destruirnos. Aun así habían acordado darle la oportunidad a los vampiros de demostrar que eran capaces de vivir junto a las personas sin lastimarlos.

     Cuando el grupo de vampiros que estaban atacando las aldeas de la ciudad llegaron a donde estaba y me vieron proteger a los aldeanos, dieron aviso inmediatamente a la orden cazadora.

     Para ellos esto era un insulto, era tan malo el hecho que cazara humanos descontroladamente como el que los protegiera y me pusiera de su lado. Dispuesto a matar a los de mi raza, aunque no lo había hecho.

     Yo protegería de todo peligro la vida de Jury y la de los aldeanos, no importaba si debía acabar con los vampiros de la orden, aunque eso me costara mi existencia.

     Alder Sein decidió enviar a alguien a espiarme, quería saber cuáles eran mis verdaderas intenciones al permanecer en esa aldea. Si estaba allí por querer acabar con los humanos ellos acabarían con mi vida y si estaba allí para protegerlos y ayudarlos a matar a otros vampiros, de igual forma yo moriría.

     Ese vampiro era muy conocido por su crueldad y frialdad. No permitía que ningún vampiro, de ningún nivel pusiera en peligro la existencia de los demás vampiros al atacar humanos, pero mucho menos que un vampiro se aliara a ellos.

     Envió a una niña, aparentando estar perdida y sola. Los aldeanos que la encontraron merodeando en el bosque decidieron llevarla con ellos a la aldea, creyendo que era una niña indefensa y que solo la estaban ayudando.

     Al verla pude percatarme que ella también era un vampiro, aunque uno de clase estándar, pero no dije nada en el momento ya que yo no sabía que había sido enviada por el líder de la orden.

    Trataba de inmiscuirse en todas las cosas que se hablaban entre los aldeanos, aunque lo hacía de una forma muy sutil y cautelosa, de manera que ellos no se percataran de sus verdaderas intenciones.

     Un día la vi sola, sentada en un tronco cerca del bosque. Me acerque para conversar y le hice algunas preguntas acerca de ella.

-¿Qué edad tienes?- le dije.

-Diez años- su voz se oía temblorosa.

-¿Y tus padres? ¿Qué pasó con ellos?¿Cómo llegaste a la aldea? – trataba de sacarle algunas respuestas.

-Mis padres murieron en un aparatoso accidente hace un año, me querían internar en un orfanato y buscarme un hogar sustituto, pero no me gustó esa idea, escapé y así fue como llegó a la aldea.-  sus ojos brillaban con el rastro de lágrimas que se asomaba en ellos.

     Aunque había omitido decir la parte en la que fue recogida por unos vampiros y que actualmente estaba con ellos.

     -Pero, tú eres un vampiro Amy. Ante mis ojos no lo puedes ocultar, la esencia que emana de tu cuerpo es inconfundible. Me percaté de esto desde la primera vez que te vi.-

     Al decirle eso ella parecía algo asustada, tal vez pensaría que le haría algo al saber quién era ella. Y aunque había sido enviada por los de la orden ella seguía siendo una niña, a la que estaban manipulando nada más para conseguir información.

-Yo también soy un vampiro. Pero no debes preocuparte por el hecho que yo sepa tu identidad, tu secreto está a salvo conmigo y espero que el mío esté a salvo contigo.- Mis palabras sonaban fuertes y decisivas.

     -Pero, si tú eres un vampiro ¿qué haces en esta aldea? Digo, aquí solo viven humanos. ¿No es arriesgado para ti vivir rodeado de ellos? O quizás al revés, ¿no corren ellos peligro al estar cerca de ti? Yo no soy un vampiro de sangre real pero puedo sentir claramente que tu si lo eres. Me inspiras un poco de miedo cuando estoy cerca de ti.-

     Con estas preguntas ella había empezado su verdadera misión, averiguar porque yo estaba allí. De mis respuestas dependería mi vida y quizás también la de los aldeanos.

    O quizás esta niña se daría cuenta que no importa nuestra raza, mientras nos respetemos unos a otros. Tal vez se daría cuenta que en los humanos también podría encontrar una familia, así como yo la había encontrado.

     -Bueno, esa es una historia larga y un poco triste. Pero puedo decirte que ni ellos ni yo corremos peligro estando cerca el uno del otro. Cuando llegué aquí no estaba seguro si era correcto que me quedara, pero estas personas siempre fueron muy amables conmigo y me trataron bien.

     Aunque debo ser honesto, ninguno de ellos sabe que yo soy un vampiro, a excepción de Jury claro, ella es la única que lo sabe. Sabe mi verdadera identidad y de mi pasado,  a pesar de eso me ha permitido permanecer aquí. Y sabes, tal vez pienses que sueno un poco cursi siendo un vampiro, pero sin darme cuenta, ellos se volvieron una familia para mí. Son personas importantes en mi vida ahora.-

     Tal vez mis palabras la hayan desconcertado, pero nada de lo que había dicho era mentira, las personas del pueblo eran parte importante de mi vida, sin el apoyo y la amabilidad de ellos yo estaría perdido. Tal vez seguiría siendo un triste y cruel vampiro que deambula por el mundo tratando de encontrar su lugar en la vida. Pero ellos me dieron un hogar, me dieron algo en que creer.

     Pasaron los días y pude notar que esa niña había comprendido mis palabras, su forma de comportarse cambió notablemente, parecía que trataba de comprobar que lo que yo había dicho era verdad, que realmente podía encontrar en los humanos una verdadera familia. Y ya que ella había perdido a la suya ese era un buen lugar para comenzar de nuevo y llevar una nueva vida.

     Después de dos semanas la noté algo extraña, como triste y preocupada. Busqué el mejor momento para acercarme a ella.

-¿Te encuentras bien? – le dije mientras me sentaba a su lado. –Te noto algo diferente.-

-Es solo que yo…-en su rostro claramente podía notar el temor que ella estaba sintiendo- no he sido del todo honesta contigo, con todos.

-¿De qué estás hablando?- me preguntaba que más podría estar ocultando ella.

-La verdadera razón por la que estoy aquí.- dijo por fin. –La historia que te conté antes sobre mi vida, sobre mis padres, es  verdad, excepto que no llegué aquí huyendo de un orfanato. Me envió el líder de la orden de vampiros Alder Sein. Mi misión era encontrarte.-hizo una pequeña pausa.

-¿Para qué?- le dije con una voz dura.

-Él quiere saber por qué estás aquí y cuáles son tus intenciones con la gente de este pueblo. Pero yo ya tengo esa respuesta. tú no tienes realmente ninguna mala intención con esta gente y tampoco buscas alianza para cazar vampiros.

-En eso tienes toda la razón.-Suavice un poco mi voz después de escuchar aquellas palabras.

      Y luego agregó:- Yo también me siento como si estuviera en casa, pero me es imposible no sentir miedo, me siento aterrada. – hizo una pausa - Ayer, uno de los vampiros sirvientes de Alder vino a buscarme, me pidió toda la información que tuviera sobre ti y cuando le respondí que aún no había encontrado nada se molestó y me amenazó, dijo que si no les tenía algo pronto debía atenerme a las consecuencias.  

     Al confesarme su verdadero motivo de estar ahí me desconcerté un poco y de cierta forma tal vez estaba un poco molesto con ella, pero cuando la veía, venía a mi mente el pensar que pasaría si yo estuviera en su lugar, así que decidí darle una oportunidad, después de todo yo era el motivo por el cual ella estaba pasando esa situación.

-Entiendo lo que dices, y en verdad lamento que estés en esta situación. Creo que sería una buena idea que Jury sepa lo que está pasando, yo quiero ser sincero con ella, ya que siempre me ha apoyado. – mi corazón latía fuertemente.

-De acuerdo, si crees que es lo mejor. Yo, solo no quiero que los lastimen por mi culpa.- las lágrimas por fin decidieron dejar sus ojos y recorrer sus mejías.

-No te preocupes, todo saldrá bien.- Traté de calmar su angustia con una sonrisa.

Buscar la forma de proteger a las personas que te importan es muy difícil, tal vez arriesgar tu propia vida en algunas ocasiones sea la mejor opción.

     Al transcurrir una semana un vampiro de la orden regresó a la aldea en busca de Amy; Jury y yo, hicimos todo lo posible por ocultarla de él y al no verla por los alrededores decidió entrar a la aldea y preguntar por ella, como no era alguien conocido y causaba desconfianza, todos los aldeanos negaron haberla visto.

    El sujeto se identificó como un trabajador social, tratando de infundir temor en los aldeanos les dijo que si ellos la ocultaban él podía llevarlos a la cárcel, pero esto no los atemorizó y aun así siguieron negando que ella estuviera allí. Descontentó se retiró de la aldea y en seguida fue a contarle a Alder lo que había sucedido.

     Esto enfureció al líder de la orden, así que decidió ir personalmente a buscarnos a Amy y a mí. Por supuesto esto no era nada bueno, si él se presentaba, una verdadera guerra se iniciaría. Alder jamás perdonaría la traición de Amy, sin importar que tuviera que acabar con la vida de todos los aldeanos.  
   
      Esto sobrepasaba los límites del compromiso que había hecho de no lastimar humanos. Si una traición estaba de por medio haría lo que fuera para tomar su venganza.

     Jury debía entender que lo mejor que podía hacer era huir de la aldea junto con Amy y encontrarle un lugar seguro donde nadie pudiera encontrarla y hacerle daño, pero Jury no parecía estar muy contenta con la decisión que había tomado.

     Sacrificar el amor que sentía por Jury me rompería el corazón pero si era lo mejor que podía hacer para protegerlos a todos, estaba dispuesto a hacerlo.

-Debes entender que tal vez no tengamos otra opción, si Alder viene y nos encuentra aquí los matará a todos.-esperaba que ella comprendiera mis palabras.

-Si los ocultamos, tal vez él no se dé cuenta que están aquí.- sus palabras no tenían sentido.

-Jury, sabes que no funciona así, Alder es un vampiro como yo, aún a diez metros de mí, por más ocultos que estemos el sentiría nuestra presencia en la aldea.- mis palabras eran insistentes, esperaba que bastaran para que las comprendiera.

-Lo sé, es solo que no quiero que se vayan. No … - hizo una pequeña pausa para tomar aire- no quiero perderlos.

     Consideramos la idea que Jury se fuera con nosotros, pero entonces la aldea quedaría desprotegida, ni siquiera tendrían la oportunidad de defenderse si Alder los atacaba.

     Pero Jury tuvo una idea, les dijo a los aldeanos que un terrible peligro se aproximaba y que debían dejar la aldea por un tiempo.

     Los aldeanos estaban un poco confundidos y preocupados, pero ellos confiaban en ella ya que siempre había dado todo por protegerlos, así que aceptaron.

     Sería difícil empezar todo en un lugar lejano, pero ellos sabían que Jury buscaba el bienestar para ellos y que nunca haría nada que los perjudicara o pusiera en peligro sus vidas.

     Y así se hizo, dos días después partimos de la aldea. El plan era perfecto, buscaríamos un lugar apropiado y seguro para que los aldeanos pudieran vivir, después de esto nos marcharíamos Jury, Amy y yo. De esta manera la vida de los demás no correría peligro y yo podría saldar mi cuenta con los líderes de la orden.

     Planeaba dejar a Jury y Amy atrás, buscar a Alder y así enfrentarme a él, tal vez encontraría la forma que les perdonara la vida aunque tuviese que entregar a cambio la mía.

Un vampiro dispuesto a sacrificar su vida por la de un humano"

     Al tercer día encontramos un lugar retirado de la ciudad, era sin duda el lugar perfecto para que habitaran los aldeanos. Permanecimos con ellos durante un par de semanas, en lo que les ayudábamos a construir sus viviendas y nos asegurábamos que allí estarían a salvo. 

     Tratamos de dejarlos en las mejores condiciones, para que no tuvieran necesidad de regresar cerca de la ciudad y que la orden de Alder los encontrara.

    Un día, al anochecer Amy, Jury y yo tomamos nuestras cosas y salimos en silencio. Dejándoles a los aldeanos una nota diciéndoles que no se preocuparan por nosotros, que pronto regresaríamos, que debíamos asegurarnos que el peligro desapareciera y que por nada del mundo debían regresar a la aldea o tan solo acercarse hasta que nosotros regresáramos y nos aseguráramos que sus vidas ya no corrían peligro.

-Espero que estén bien.- dijo Jury con una voz preocupada, era la primera vez que los dejaba desde que había llegado a la aldea.

     Era una decisión muy difícil, ya que no sabíamos si ellos realmente confiarían en nosotros al irnos de esta manera y dejar tan solo una nota. Pero los tres sentíamos tanto cariño y aprecio por esas personas que si algo les sucedía sería como sentir un puño de cuchillos clavándose a nuestro corazón y definitivamente ese dolor que se siente, es un dolor que no quería volver a sentir.

     Pasaron cuatro días después que dejamos la aldea, nos empezábamos a acercar y decidí que era momento que continuara mi camino yo solo. Así que en la noche sin que Amy y Jury se dieran cuenta tomé mis cosas y continúe mi camino en busca de Alder.

     A la mañana siguiente cuando ellas se levantaron, se dieron cuenta que no estaba y empezaron a buscarme por todos lados, creyeron que algo me había sucedido. Hasta que a Jury le vino a la mente la idea que tal vez yo había decidido continuar solo y dejarlas atrás para que nada les sucediera.

     -“Es mi culpa, él fue sólo allá para tratar de salvar mi vida, para hacerse cargo de mi traición. Si yo no hubiera llegado a la aldea nada de esto hubiera sucedido, tal vez hubiera sido mejor si yo muriera en aquel accidente junto con mis padres  hace un año.”- dijo Amy casi sollozando.

     Las palabras de Amy parecieron sorprender a Jury, Amy se sentía de cierta forma culpable por la muerte de sus padres. Jury había encontrado otro punto en común con ella, no solo ambas habían perdido a sus padres cuando eran pequeñas, sino que también había sido cuando tenían la misma edad.

-No digas eso pequeña, Killian va a estar bien, los tres lo estaremos, ya lo verás, no te preocupes más. - su voz tan cálida era capaz de calmar incluso a aquel tormentoso corazón.

     Pero algo no encajaba en la historia, ¿cómo era posible que los padres de Amy murieran en un accidente de auto, si ellos eran vampiros? Por muy aparatoso que hubiera sido el accidente es algo que no puede aniquilar a un vampiro, sea este o no de un alto nivel.

-Regresa con los aldeanos Amy, diles que estamos bien, que estamos averiguando algunas cosas que necesitamos, que no se preocupen por nosotros.- Jury, quería proteger a Amy del peligro.

-¿Qué harás tu Jury? No quiero dejarte sola.- insistió Amy.

-Por favor, no te preocupes por mi, yo voy a estar bien. Necesito que seas valiente. Eres un vampiro y aunque seas una niña sé que eres fuerte, prométeme que cuidaras de los aldeanos hasta que regresemos.

-¿Encontrarás a Killian? –preguntó Amy.

-Sí, lo haré. Lo prometo, lo traeré de vuelta a casa.- Dijo Jury mientras colocaba su mano sobre su hombro.

-Bien, entonces yo te prometo cuidar de los aldeanos hasta que ustedes regresen, los estaremos esperando. – Por fin Jury la había convencido.
 
     Jury continúo su camino, esperando poder encontrarme. De alguna manera pensaba que en sus manos estaba el poder salvarme.

Pero ella ya había salvado mi vida, su sola existencia había bastado para calmar mi tormentosa alma. Si al enfrentarme a Alder debía morir, al menos moriría con un poco de paz en mi corazón.