martes, 22 de noviembre de 2016

Corazón de Vampiro - Capítulo IV



     


     
 La Batalla


     Entre todo aquello que había sucedido años atrás, mis padres conocieron a un antiguo cazador de vampiros que andaba tras Alder, él sabía todo lo que Sein había hecho y lo que estaba planeando hacer.

    Resultó que la única razón por la que había creado la orden es porque deseaba poder juntar un ejército de vampiros que acabaran con la raza humana y así dominar el planeta entero.

     Todo esto en venganza de lo que aquel niño les había hecho a él y a sus amigos al burlarse de ellos y hacerlos a un lado, obligando a los demás a alejarse de ellos también.

     Al revelarse los padres de Amy, Jury y los míos él se enfureció muchísimo, ya que significaba que no estarían nunca de acuerdo en lo que él deseaba y por lo tanto podrían intervenir en sus planes. Sin embargo había algo que lo había detenido a acabar con sus vidas en aquel entonces.

     Este cazador de vampiros ya era muy viejo para esta labor, por lo que les entregó a mis padres un arma poderosa. Una pistola hecha de la más pura plata, la cual utilizaba también balas de plata.

     Era la única arma capaz de acabar con la existencia de un vampiro de un solo tiro. A esta arma la llamaba “BlackJack”.


Una existencia pasajera.


     Sin embargo, había algo más sobre ésta arma, no podía ser utilizada por un vampiro ya que enseguida quemaría sus manos y lo debilitaría. Solo un humano, tal como lo era el cazador podría utilizarla.

     Entre todos los que nos preparábamos para luchar contra Alder solo existía una persona capaz de hacerlo, la única humana entre nosotros, era Jury.

    Acaso ¿debía ser ella quien acabara con la vida de Alder?, era algo muy arriesgado y aunque pudiera sonar egoísta, yo no deseaba entregar la vida de Jury por la de todos los demás.

     “Un vampiro a quien se le dio la oportunidad de vivir como humano” y Jury lo había hecho tan bien. Cuidaba de las personas a su alrededor y era capaz de amar con todo su corazón a cada uno de ellos.

     Pero, sin importar que tan en desacuerdo estuviera yo, Jury deseaba hacer esto con todas sus fuerzas, aun si arriesgaba su vida o incluso si la perdía mientras lo intentaba.

     Y ¿quién era yo? más que un corazón egoísta para impedir que cumpliera sus deseos. Ella quería salvar la vida de las personas y también la de los vampiros buenos, sin importar el costo de esto.

     Aunque mi corazón se cayera a pedazos al pensar que podía perderla, debía dejarla hacer lo que ella deseara, después de todo ella era parte de toda esta trágica historia.

     Sus padres y su hermano se habían sacrificado por ella y no deseaba que su esfuerzo fuera en vano. Yo entendía esto y fue la razón por la que le entregué el arma en sus manos, poniendo todas nuestras esperanzas en ella.

     A pesar de esto yo jamás me separaría de su lado, si arriesgaba su vida por la de todos los demás, yo arriesgaría la mía por ella.

-Es hora.- Dijo Jury acercándose a mí.- No importa lo que suceda hoy, quiero que siempre tengas presente que te amo Killian. Cuando llegaste a la aldea no tenía la menor idea de lo unidos que estaban nuestros destinos, pero sí deseaba que la vida nos permitiera estar juntos.

-No hables como si estuvieras despidiéndote- debía interrumpir sus palabras, sentía que me ahogaba con cada una.

-No es que este despidiéndome, pero no sabemos qué pasará allá.-

-Nuestra misión, nuestro propósito es acabar con Alder, así será, debemos enfocarnos en eso y no pensar en que alguno de nosotros morirá.-

-Bien, de acuerdo, tienes razón. Aun así, quiero que sepas que te amo.-

-Y yo a ti Jury- En verdad amaba a Jury, pero me era imposible sacar esas palabras de mi boca, sentía que si las decía, el solo hecho de pronunciarlas la mataría. ¿Acaso era yo digno de amar a alguien como ella?

***

     Nos dirigimos hacia la puerta de la casa, allí estaban todos los vampiros que nos seguirían, verlos ahí, dispuestos a sacrificarse me hacía sentir más fuerte.

     Nos dirigimos a la casa de Alder, nuestro plan era acabar con él a como diera lugar. Dentro de esto esperábamos poder rescatar a algunos vampiros que estuvieran allí en contra de su voluntad y ésto claro, incluía también a mi viejo amigo de la infancia.

     Al acercarnos nos dimos cuenta que nos estaba esperando el ejército de Alder, pero él estaba dentro de la casa.

     Mi misión era hacer que Jury entrara a la casa, llevarla hacia donde estaba Alder para que ella pudiera utilizar a la Blackjack con él, dos vampiros más nos acompañarían y el resto se quedarían afuera luchando contra el ejército de Sein.

     Cada vampiro nace con un don especial y esta sería la única arma que utilizaría uno contra el otro.

     Tomé a Jury de la mano y junto a Marco y Demian, los vampiros que nos acompañaban, nos fuimos abriendo paso entre todos para poder entrar a la casa de la orden. Mas mi sorpresa fue que dentro había un joven vampiro esperándonos, pero él era mi viejo amigo, Samy.

     Habían pasado ya tantos años, que el parecía ni siquiera reconocerme. Su mirada era una mirada fría y vacía, llena de tristeza. Intenté hablar con él pero en seguida comenzó a atacarnos, utilizaba sus poderes, lanzándonos bolas de fuego; yo no deseaba hacerle daño por ningún motivo, mientras esquivaba sus ataques trataba de hablar con él para que recordara quien era yo, pero parecía ser inútil.

     Después de varios intentos decidí darle una bofetada y hacerlo caer, lo tomé de los brazos y me coloque sobre el para evitar que no pudiera levantarse o atacarme.

     -¡Samy! ¡Samy! –Gritaba- soy yo, Killian. ¿Acaso no me recuerdas?, tú y yo éramos muy buenos amigos cuando éramos pequeños. ¿Ya lo olvidaste? Yo, nunca supe lo que te había ocurrido, a donde te habían enviado realmente. Por favor Samy, trata de reaccionar y recordar, no deseo hacerte daño, estamos aquí para liberarte de Alder, para liberar a todos de una vez por todas.- A pesar de mis palabras el seguía tratando de liberarse para poder atacarnos. – ¡Samy! ¡Samy!- Seguía insistiendo, no podía rendirme.

-Dile que su madre también está aquí- escuché la voz de Jury gritar.

-Samy, ¿escuchaste? Mary también…- Sus ojos habían cambiado, había dejado de luchar. -¿Samy?- él parecía por fin haber reaccionado.

-Killian –su voz titubeaba- ¿en verdad eres tú?- preguntó por fin.

-Sí, soy yo amigo.- Lo solté y me puse de rodillas frente a él, Samy se levantó y me abrazó fuertemente.

-No sabes cuánto te extrañé.- dijo entre llantos.

-Y yo a ti Samuel- dije riendo, sólo le decía Samuel cuando fingíamos que estábamos enojados para que nuestros padres trataran de contentarnos, casi siempre terminaban haciendo un banquete para ello.

-¿Qué están haciendo aquí?-preguntó.

-Samy, te presento a Jury, Demian y Marco, estamos todos aquí para poder acabar con Alder.-

-¿Por fin te has enterado?-

-Sí, así es. Mis padres me lo han contado todo. Samy, lamento mucho que te hayan entregado a cambio de mí, debí ser yo desde un principio.-

-Te equivocas, nadie me entregó, yo decidí venir por mi cuenta. Tú siempre fuiste como un hermano para mí y lo único que quería era que estuvieras a salvo, así que le pedí a mi madre que me dejara venir en vez tuya.-

-¿Qué? ¿Por qué Samy?, no era tu batalla.-

-Lo sé, pero mira ahora, tarde pero viniste por mí, yo quizás no hubiera sido lo suficientemente astuto o fuerte para venir por ti y salvarte, creo que al final, fue mejor así.-

-¡Gracias! Samy.- Era como lo recordaba, aquel niño que siempre sacaba lo mejor de mí.

-Realmente no quisiera interrumpirlos pero, recuerden que aún tenemos una misión que cumplir.-Dijo Jury sonriendo.

-¿Humana? Tú eres humana- Dijo Samy mientras nos levantábamos del suelo.

-Lo es y no lo es, es una historia un poco larga, así que mejor sigamos y te la cuento después.-

-Bien, pero es extraño verte con una humana, ¿cómo no te la has comido?- Dijo Samy riendo, obviamente él estaba bromeando pero sus palabras me hacían recordar todo el daño que había hecho.

-¿Sabes dónde está Alder?- pregunté tratando de desviar la conversación.

-Está en su oficina, seguramente esperándonos.- la expresión sonriente de Sam cambió a una expresión más seria.

-Bien, ¡vamos!- corrimos por los pasillos hasta llegar a la puerta de su oficina. Estaba cerrada, mi corazón palpitaba rápidamente, tal vez por la velocidad con la que había corrido o quizás por lo que no esperaba detrás de esas altas puertas de madera.

     Sostuve con mi mano la perilla de la puerta, entrar allí podría cambiar nuestras vidas. La giré y abrí la puerta de un golpe, allí estaba el escritorio de Alder, justo como lo vi la última vez que estuve en ese lugar. Detrás de él había una enorme silla –Llegaron- se escuchó una voz detrás de la silla.

     Tomé del brazo a Jury, quien estaba justo a un lado mío, y coloqué mi cuerpo delante de ella. Samy dio unos pasos al frente, Marco quedó detrás de Jury y Demian se colocó a mi lado, justo donde segundos antes había estado Jury.

     Una pequeña carcajada se escuchó – ¿crees que puedes ganarme con ese ejercito de vampiros mediocres? Me extraña de ti Killian, siendo un vampiro de sangre real eres demasiado débil y estúpido.-

     A lo que Alder se refería, es que entre Marco, Demian y Samy, yo era el único vampiro de sangre real, se suponía que era más fuerte que ellos, pero es que en realidad yo nunca había peleado con otro vampiro.

     Alder estaba en lo correcto, era débil, lo había sido desde que hui de mi hogar, pero era el momento perfecto para dejar de serlo, para ser valiente y enfrentar lo que se viniera.


***


     Sein había engañado a muchos vampiros de clase noble haciéndoles creer que el objetivo de la orden era protegerlos  y mantener un equilibrio de paz entre ellos y los humanos. Pero una vez adentro se fueron dando cuenta de cuáles eran las verdaderas intenciones de Alder, sin embargo si intentaban dejarlo él acababa con sus vidas. Por supuesto también había muchos vampiros que en realidad si apoyaban a Alder, apoyaban la verdadera misión de la orden.

     Alder era un vampiro muy poderoso pero se había hecho de muchos enemigos. Vampiros y humanos que estaban dispuestos a destruirlo sin importar el costo de ello.

     El viejo cazador de vampiros llamó a otros cazadores para que se unieran a nosotros, él pudo darse cuenta que nuestra intención no era lastimar a los humanos, sino poder convivir con ellos, cada día, sin que ninguno sintiera temor del otro.

     Ellos estuvieron de acuerdo en apoyarnos, cuando los nuestros luchaban contra el ejército de Alder aparecieron los cazadores y comenzaron a pelear a nuestro lado. Esto sin duda era una gran ventaja para nosotros, ya que eran de los mejores cazadores que existían en el país.

Alder parecía estar muy confiado en que ganaría la batalla contra nosotros. -No pensé que llegarían tan lejos, y que serían tan tontos como para entregarse ustedes mismos a mí. Killian, realmente parece que deseas que tome la vida de tu amada Jury. En verdad, no me molestaría quedarme con ella y con tu madre. Nada me daría más placer que verte a ti y a tu padre sufrir por ellas y ver cómo se las arrebato de las manos.-

Las palabras que decía Alder eran frías y arrogantes.

-¡Cállate!- gritó Jury, su voz sonaba realmente molesta. –Deja de decir tantas tonterías, jamás te permitiré que lastimes a nadie, si crees que porque ahora soy humana no puedo detenerte te equivocas. Pelearé hasta el final por proteger a los que quiero.-

 -¡Niña tonta!- dijo Alder soltando una risa, sus labios se retorcían como si desearan romper en carcajadas, realmente resultaba asqueroso el tan solo verlo reír de esa forma. –Ni tú, ni nadie es lo suficientemente fuerte como para destruirme, en lo que tú lo piensas yo ya te asesiné.-

-Eso es lo que tú crees- La voz de Jury ahora se escuchaba fuerte, sacó la BlackJack y le apuntó directo a su pecho, Alder dejó de reír pero no mostró ninguna reacción que lo hiciera parecer asustado o preocupado.

-¿Crees que con eso acabaras conmigo? Eres tan ridícula.-

-¡Cállate! -  grité dando un salto hacia el frente, de repente escuché un fuerte sonido detrás de mí, el sonido era estremecedor, mi cuerpo entero se sintió temblar por un momento, guie mi mirada hacia el lugar de donde provenía, Jury, había disparado el arma.

     Apretó el gatillo y una bala salió directo hacia él, pero una de las habilidades de Alder era la rapidez, se movió como un rayo, casi y ni se notó cuando atravesó la habitación y se colocó detrás de Jury, inclinó su cabeza sobre su hombro derecho, le dio un beso en la mejilla, (él también tenía la habilidad de extraer la energía de las personas por medio de un beso) y luego le clavó un cuchillo en su espalda.

     Volteé tan rápido como pude hacia ella, para alejarla de Alder pero no pude impedir que introdujera el cuchillo en su cuerpo y siendo humana eso acabaría con su vida rápidamente.

     Tomé a Jury de los brazos y jalé su cuerpo hacia a mí, Samy que estaba detrás la hizo a un lado pegándola a la pared y tratando de contener su herida.

    Golpee a Alder tan fuerte como pude, sentía dentro de mí el alto deseo de acabar con él, si no lo hacía nunca me permitiría el tan siquiera acercarme a Jury y mucho menos intentar salvar su vida y ya que Alder la había herido ella ni siquiera podía moverse.

      Alder me golpeaba y yo a él, trataba de utilizar mis poderes “hielo” para tratar de acabarlo, aunque en realidad era la primera vez que los utilizaba para pelear, así que ni siquiera sabía hacerlo bien, pero la ira que sentía dentro de mi hacía que no sintiera dolor, pero sin embargo yo ya estaba muy herido. La batalla contra Alder parecía nunca acabar y dentro de mi mente yo solo pensaba en Jury.

     Aquellos ojos rojos que nos caracterizan a los vampiros estaban más rojos que nunca, estábamos utilizando nuestro poder a nuestra máxima potencia, aunque mis heridas abiertas devoraran mi corazón, mi prioridad era salvarla a ella.

     De repente escuché un fuerte sonido y vi a Alder caer de rodillas ante mí. Jury había hecho lo imposible y había juntado todas sus fuerzas para moverse y así poder dispararle a Alder. De un golpe había acabado con su vida, pero ¿a qué costo?

     Mientras la existencia de Alder se desvanecía, rápidamente me dirigí hacia Jury, nuevamente se encontraba tirada en el suelo muy débil, casi a punto de morir. Había derramado demasiada sangre y ni siquiera podía moverse.

     La tomé en mis brazos y una lagrima rodó por mi mejilla, ella me sonrió tan dulcemente como siempre lo había hecho y me dijo: -“A pesar de todo lo que ha sucedido en nuestras vidas, haberte conocido aun en estas circunstancias ha sido lo mejor que me ha pasado Killian, desde la muerte de mis padres creí que nunca podría volver a ser tan feliz como lo fui con ellos alguna vez, pero tu regresaste a mi vida esa felicidad, perdón por no poder permanecer más tiempo a tu lado.

     Por favor diles a los aldeanos que siempre fueron una familia para mí y que les agradezco todo lo que hicieron por mí y por todo el apoyo y amor que siempre me dieron. Diles por favor que sin importar a donde vaya siempre los llevaré en mi corazón y que yo también los amé muchísimo.”-

     Desde que salí de casa hace 7 años y cometí tantos actos de crueldad me juré que nunca me daría el derecho a ser feliz, que mi pecado nunca tendría perdón,  pero al conocer a Jury y llegar a amarla tanto me di cuenta que era imposible no ser feliz a su lado, ahora esa persona a la que tanto deseaba tener conmigo y que tanto bien me hacía estaba a punto de dejarme.

Ambos sabemos que este deseo nunca se hará realidad.

     Estaba allí sentado con ella en mis brazos, mi corazón se rompía al verla y saber que su existencia se desvanecía lentamente ante mis ojos. En mi desesperación por no poder sanarla, recordé algo básico de ser un vampiro de sangre real, yo podía transformarla nuevamente en un vampiro, aunque por dentro no estaba seguro de hacerlo, condenaría a mi amada Jury a una vida de esclavitud ante la sangre, una vida eterna a mi lado.

     Y aunque ella en algún momento decidiera dejarme yo haría lo que fuera porque pudiera vivir una vida eterna  y feliz, sin importar al lado de quien fuera.

     Sin pensarlo más, acerqué mi rostro al de ella, le di un beso en su frente y clavé mis colmillos en su cuello. Introduje toda la sangre que pude para que su transformación fuera rápida y exitosa.

    Ella estaba ya desmayada y después de terminar aun parecía no reaccionar. Sentí un duro golpe en mi corazón, yo había perdido a la única persona que más había amado en mi vida.

     Pero al final no importaría tanto, ya que con todos los ataques que había recibido de Alder yo podría morir junto con ella, después de todo ya no tenía una razón para seguir existiendo en este mundo.

     Me recosté sobre una pared con ella en mis brazos, cerré mis ojos y esperé a que el viento decidiera llevarse la última parte de mi alma.

     De repente sentí en mi mano cierta calidez, abrí mis ojos y al ver a Jury estaba tan hermosa como siempre. Mi mano empezó a sanar de los golpes que tenía, ella me sonrió y me vio fijamente a los ojos y luego me dijo que esperaba que de ahora en adelante cada vez que abriera sus ojos al despertar pudiera verme a mí a su lado, justo como en ese momento.

     Se levantó, y me dio un cálido y tierno beso, en ese momento pude sentir dentro de mí como si algo me recorriera por todo el cuerpo, el dolor y las heridas comenzaron a desvanecerse.

     -“Mi don ha regresado, sabes desde que era pequeña solía sanar las heridas de mis padres cuando luchaban por alejar a un vampiro malo de mi hermano y de mí. Viví como humana todos estos años y siempre pensé que sería lo mejor. Ahora nuevamente corre dentro de mí la existencia de un vampiro, pero la mejor parte de todo esto Killian, es que podré estar a tu lado para siempre.”-

      Mi corazón latió fuertemente al escuchar sus palabras, sus ojos brillaban al verme y las lágrimas parecían estar descontroladas dentro de mí. Jury me abrazó fuertemente, tan fuerte que pude sentir su corazón latir.

     Nos levantamos y salimos de la casa de la orden, todos nuestros amigos y los cazadores de vampiros nos esperaban afuera, también algunos de los vampiros de la orden de Alder que estaban con él en contra de su voluntad y que se habían aliado a nosotros durante la batalla.

     Todos estaban felices de ver que habíamos podido regresar con vida. Mis padres corrieron hacia Jury y hacia mí y nos abrazaron fuertemente a los dos. Mi viejo amigo Samy estaba junto a su madre nuevamente, estaba feliz de verlo así de radiante de nuevo, como aquel niño travieso con el que solía jugar.

Mi pasado es un oscuro pasado, pero veo en mi presente un futuro brillante.

     Después de esa larga batalla regresamos a la casa de mis padres, estuvimos con ellos un par de días pero luego de pensarlo bien Jury y yo decidimos regresar a buscar a los aldeanos y a Amy, teníamos que hacerles saber que su vida ya no corría ningún peligro.

     Cuando llegamos a la aldea todos estaban felices de vernos, habían pensado que tal vez ya no regresaríamos. Amy había estado tan triste que cuando ellos le preguntaron el motivo de su aflicción les había confesado que era un vampiro y que nosotros nos habíamos ido a tratar de salvar su vida, sin embargo no les confesó que yo también era un vampiro. Aún así los aldeanos no tuvieron ni siquiera la más mínima intención de sacarla de la aldea, la acogieron igual porque veían en ella a una buena niña.

     Jury y yo decidimos confesarles que nosotros también éramos unos vampiros, esto para Amy fue una sorpresa ya que según ella Jury era humana. Les contamos la historia de todo lo que había sucedido en el pasado y cuál había sido el motivo por el que nos habíamos ido sin decirles nada.

    A pesar de ésta confesión acerca de nuestro pasado los aldeanos seguían tratándonos de la  misma forma en la que siempre lo habían hecho, nunca nos vieron de una forma extraña o despectiva, para ellos seguíamos siendo los mismos de antes, seguíamos siendo parte de su hermosa y gran familia.

     Amy, Jury y yo decidimos quedarnos a vivir en la aldea junto con ellos. Al final decidieron no trasladarse a donde estaban desde un principio, ya se habían acostumbrado a aquel lugar y después de todo nos tenían a nosotros para protegerlos.

     Mis padres y Samy venían en algunas ocasiones a visitarnos y nosotros también íbamos a verlos de vez en cuando.  

     Sin darnos cuenta, el plan de Alder de alguna forma nos había unido a todos, parece que sin él tal vez nunca nos hubiéramos conocido. Irónicamente teníamos algo que agradecerle.

Un nuevo comienzo.

     Hace muchos años salí de casa creyendo que huía de un destino atado a la esclavitud, ahora tengo lo que en aquel entonces creí que nunca me podría hacer feliz… Un hogar.




Fin.
 

martes, 25 de octubre de 2016

Corazón de Vampiro - Capítulo III















Después de un largo camino Jury y yo volvimos a juntarnos. Tal parece que nuestro destino estaba marcado para estar juntos, sin embargo esto era lo que yo menos deseaba en aquel momento, ya que al estar a mi lado su vida corría peligro.
     Yo deseaba saldar viejas deudas con Alder pero sin llevar la vida de nadie conmigo.
-¿Qué haces aquí Jury? Por favor, debes irte.
-¿Qué? ¡No!, no voy a dejarte solo Killian, tú y yo estamos juntos en esto.
-¿Juntos? Jury, Alder me quiere a mí, no a ti y estoy seguro que al tenerme olvidará a Amy, con mi vida bastará para detenerlo.
-Entonces ¿la solución es entregarte y que te asesine? No pasamos por tanto solo para eso, ¿cierto? – ahora su rostro mostraba una expresión de enojo.
-Entiende Jury, no quiero que te lastimen, tú eres muy importante para mí. Si algo te pasara jamás me lo perdonaría. – a pesar de ser un vampiro podía sentir a mi corazón casi ardiendo, el temor de perderla era el sentimiento más fuerte y doloroso.
-¿No lo entiendes tu Killian? No me importa mi vida, yo quiero estar contigo hasta el final, aunque eso signifique la muerte para mí. Por favor, permíteme quedarme a tu lado.
     Sentí un cuchillo clavarse a mi corazón, no podía llevarla conmigo, pero tampoco podía dejarla, sabía que si aceptaba que ella viniera conmigo la estaría condenando a un destino de muerte, pero si ella estaba a mi lado sería el motivo más grande para vivir, para luchar.
Bien, dejaré que vengas, pero debes hacer todo lo que yo te diga, ¿de acuerdo?- yo simplemente esperaba no equivocarme con mi decisión.
-Sí, de acuerdo, haré lo que tú digas.-sonrió ella.
-No tienes remedio mi dulce Jury.- acaricié su mejilla con mi mano.
-Lo sé, pero por eso me quieres ¿no? - sus brillantes ojos eran cautivadores.
-Sí, así es.- acerqué mi rostro al de ella y le di un beso en su frente.

     Ese pequeño instante, fue capaz de hacerme olvidar por un momento todo lo que estaba sucediendo.

***

     Al estar tan cerca de las instalaciones de la orden se percataron de nuestra presencia y Alder envió a su grupo de vampiros a escoltarnos hacia adentro.
     Mi cuerpo temblaba al saber que Jury estaba allí, una humana entre vampiros era lo peor que podía suceder.
     Llegamos a la oficina del líder Sein, quien nos recibió como si fuéramos sus visitas más esperadas, deseaba tomar nuestras vidas de la manera más hiriente para ambos.
     Antes de que Alder empezara a decir palabra decidí explicarle primero, el motivo por el cual estaba allí.
     -“Alder, sé que me has buscado desde hace mucho tiempo, se perfectamente que lo que hice en mi pasado rompió las reglas de la orden, es por eso que estoy aquí hoy. Enviaste a Amy a vigilarme, pero ella es solo una niña y no merece este futuro tan oscuro. Vengo a ofrecerte mi vida a cambio de la vida de Amy, a cambio de que dejes ir a Jury y no lastimes a nadie de la aldea en la que me he albergado durante todo este tiempo.”-
      Pronunciaba cada palabra y mi corazón se desgarraba, el tan solo pensar que me podrían arrebatar a la persona que más he amado rompía en pedazos cada parte de mi alma. No sabía si Alder aceptaría perdonar la vida de ellos a cambio de la mía.
     Después de un corto momento de silencio Alder soltó una risa y me vio fijamente.
     -“Killian, te he buscado más de lo que te imaginas. He seguido cada paso tuyo desde que huiste de tu hogar. Tus padres estaban muy tristes al darse cuenta que tanto sacrificio que habían hecho por su salvar tu vida, tú mismo lo habías desechado como si fuera un simple pedazo de basura. Debí tomar tu vida en aquella ocasión, cuando te tuve en mis manos. Tan solo eras un niño pero me habría ahorrado tantas molestias que has causado.

     No solo te he buscado por lo que has hecho en tu pasado, sino también por lo que hicieron tus padres hace muchos años.
     Supongo que no sabes quién es en realidad la chica que hoy está a tu lado. Pero, yo si lo sé. Y te haré un favor, te diré quién es ella realmente.-
Sus palabras no tenían sentido -¿Dé que hablas?- dije volteando a ver a Jury, su rostro tenía una expresión distinta a la mía, no parecía estar sorprendida, más bien asustada.  
     Hace 12 años tus padres, los de Jury y los padres de Amy decidieron revelarse ante la orden, al parecer no estaban de acuerdo en seguir las normas que yo había establecido para los vampiros. Pero como saben, nadie puede oponerse a mis decisiones.
     Les ofrecí un trato a cambio de perdonarles la vida por su desobediencia, debían entregarme a su hijo o hija menor para que me sirviera. En tu caso Killian, tus padres entregaron a un niño, quien era hijo de una de sus sirvientas, aquel niño con el que solías jugar cuando eras pequeño.
     A pesar de esto, decidí perdonarles la vida, ya que después de todo tú eras su único hijo y me habían entregado a alguien a cambio.
     Sin embargo Jury, tus padres decidieron no entregarte. No querían sacrificar tu vida por la de ellos. Así que una noche decidieron tomar sus cosas y a sus preciados hijos y huir de mí, como si eso fuera tan sencillo.-
      Las palabras de Alder habían causado en mí escalofríos, mi cuerpo se estremecía con cada palabra que decía. Yo recordaba a aquel niño, Samy. Solía jugar con el todos los días al terminar mis lecciones.
     Un día de repente no llegó más. Pregunté a mis padres la razón por la que él ya no estaba y me dijeron que su madre había tomado la decisión de mandarlo a vivir con unos familiares en otra ciudad.
     Sin embargo, podía notar que su madre me veía de una forma extraña. A veces con tristeza y a veces había algo de odio en sus ojos. Esa era la razón por la que el único amigo que tenía había desaparecido sin decir nada.
     Por otro lado, me desconcertaba también lo que Alder estaba sugiriendo, mi preciada Jury ¿un vampiro? En mi mente no podía creerlo, ya que nunca había sentido en ella la esencia de vampiro.

     Sin embargo eso explicaría la razón por la cual Jury no temía tanto a aquellos oscuros seres, ya que ella también provenía del mismo lugar.
     Me preguntaba, ¿cómo fue que en realidad nuestros padres habían llegado a ese punto?
     -Realmente me molestó mucho que intentaran huir de mi tan cobardemente, así que cuando iban en la carretera mis sirvientes los alcanzaron, tus padres intentaron impedir que te llevaran.- Los ojos de Jury se llenaban de lágrimas con cada palabra que salía de la boca de Alder.- Te enviaron al bosque con tu hermano. Y aunque él estaba herido logró utilizar sus últimas fuerzas para sellar tus poderes vampíricos, de esa manera has vivido como humana todos estos años ¿no es así? Y Jury, hoy gracias a Killian has regresado a mí, justo como debía ser desde el principio.- Su sonrisa era asquerosa, se regocijaba con cada palabra que decía.
     Por supuesto, cuando todo esto sucedió los padres de Amy aún no tenían ningún hijo, así que les advertí que cuando lo tuvieran tomaría su vida al cumplir los 9 años.
     Tres años después la tuvieron a ella, pero tampoco deseaban entregarla, así que hace un año simplemente la tomé. Ella, ya me pertenecía. Creyó que la muerte de sus padres había sido un accidente, pero en realidad todo estaba planeado, sabía que de cualquier forma ella terminaría en este lugar.-
-¡Eres un imbécil!- apretaba mis puños tan fuerte que sentía mis uñas incrustarse en mi piel.
-Tal vez lo sea, pero he obtenido todo lo que he querido.-
-¿Cómo pudiste asesinar a nuestros padres?, jamás voy a perdonártelo, te juro que vengaré a mis padres, a mi hermano y a los padres de Amy también. Tú no tenías ningún derecho a tomar sus vidas, no eres un Dios, tú eres nada, ¿lo oyes? ¡NADA!.- Parecía que Jury estaba a punto de golpearlo, la sujete del brazo con mi mano tratando de colocarla detrás de mí.
-No me importa lo que tú pienses de mí, o lo que Killian piense de mi ¿sabes por qué? Porque no me importas tú, no me importa ninguno de ustedes, serán mis esclavos o morirán, esa es la verdad de todo esto.-
-¡Eso quisieras tú Alder! Pero no te permitiré tomar ninguna vida ma´s.-
-¿Ah no? los mataré a ambos; empezaré con Jury, mandaré a buscar a Amy, asesinaré a toda la gente de su asquerosa aldea y por último te mataré a ti, Killian.-

     Las palabras de Alder eran tan sucias y crueles, me acerqué a su escritorio y le di un golpe a la mesa. Estaba realmente molesto, él había jugado con la vida de nuestras familias y las nuestras como si fueran simples piezas de su rompecabezas.
     Incluso había tomado la vida de un niño que no estaba involucrado para nada con esto, un chico inocente, que era mi amigo.
     Después de escuchar todo esto, en mi alma sentía la oscuridad nuevamente. Alder debía pagar por lo que había hecho y yo me encargaría de que eso sucediera.
     Pero primero debía asegurarme de sacar a Jury de ese lugar, también buscaría a Samy, mi viejo amigo. Tal vez el destino me daba la oportunidad de salvar su vida, sino era demasiado tarde.
     -Nuestras vidas por ningún motivo te pertenecen Alder, nos pertenecen a nosotros únicamente y tú no tienes el poder de cambiar eso.
     Lo que hayan hecho nuestros padres en el pasado es cuestión de ellos, nuestras vidas no están en juego. Me aseguraré de que pagues por todo el daño que has hecho.-

No es una amenaza, es una promesa.

     Tomé a Jury de la mano y nos dirigimos hacia la puerta, pero Alder tenía sirvientes afuera que no nos dejarían pasar. La sujeté fuertemente y corrí hacia la ventana más cercana, sentía los cristales cortando mi cuerpo, pero me sentía tranquilo ya que mis brazos podían proteger a Jury.
     Saltamos hacía el bosque detrás de la casa, corrí tan rápido como pude para alejarnos de la guarida de la orden.
     Llegamos a un punto en el bosque en donde estaríamos a salvo. Al ver a Jury, lagrimas caían de sus ojos. Ella no sabía el verdadero motivo por el que aquellos vampiros los habían atacado en esa ocasión, el motivo por el que habían acabado con la vida de sus padres y la de su hermano. Al parecer, su única salvación había sido la única sobreviviente.
     El día que huyeron de casa, le dijeron que irían de vacaciones por un tiempo, su hermano era el único que sabía lo que estaba sucediendo realmente, sus padres le habían encargado a él la tarea que no importaba lo que sucediera no debía dejar que nadie lastimara a Jury. Sin importar más, él debía protegerla y alejarla de aquellos oscuros seres.

Una tarea peligrosa.

     Sellar sus poderes fue la mejor opción que encontró para salvar a su querida hermana, de ésta forma la orden cazadora no podría sentir su esencia y no podrían encontrarla. Y siendo humana se adaptaría muy bien a vivir entre los humanos.
     Antes de morir, su hermano le dijo que desde ese momento en adelante viviría como mortal y que debía proteger y respetar a las personas que la acogieran y le dieran un hogar, que por nada del mundo debía revelarle a nadie su verdadera identidad. Esta promesa fue la razón por la que Jury nunca me dijo la verdad acerca de ella y de su trágico pasado.
     El destino es realmente impredecible, quién diría que se empeñaría en juntarnos y darnos la oportunidad de terminar con esa situación que había destruido nuestras vidas y que si no lo deteníamos nos perseguiría para siempre.

***

     Amy había regresado a la aldea, los aldeanos estaban muy preocupados por nosotros, pero ella logró tranquilizarlos y les dijo que pronto regresaríamos a casa, sanos y salvos. En ningún momento pasaría por su mente lo que realmente estaba sucediendo, la forma en que los tres estábamos vinculados.
     Jury estaba decidida a vengar la muerte de su familia, pero ella ahora era humana y sin importar que tanto esfuerzo pusiera no podría acabar con ninguno de los vampiros.
     Decidí que era el momento perfecto para volver a casa, mis padres eran los únicos que quedaban con vida, al menos hasta que me marché de casa.

     Jury estuvo de acuerdo en acompañarme, pensamos que ellos podrían explicarnos por qué había sucedido todo eso y tal vez podrían ayudarnos a liberar nuestras vidas.
      Por otra parte, sería el momento ideal para disculparme con mis padres por haber huido de casa de la forma en que lo hice. Podría pedirles perdón por olvidar todo lo que ellos me habían enseñado.

***

     Llegamos a casa, estaba tal y como la había visto la última vez, como mi mente la recordaba. Mi corazón latía rápidamente, esperaba que mis padres no me guardaran ningún rencor por lo que había hecho, les había fallado pero esperaba que en su corazón aun guardaran amor por mí.
    Yo no me animaba ni siquiera a tocar la puerta. –No te preocupes Killian, estoy segura que tus padres no están enojados contigo y mucho menos te odian. Ellos deben comprender porque lo hiciste. Es más, podría asegurarte que ellos esperan con ansias tu regreso.
-Quizás tengas razón Jury. De todas formas, tarde o temprano debía afrontar lo que hice.-
     Después de escuchar sus palabras me decidí a tocar la puerta, después de unos segundos una señora vino a abrirnos. Cuando me vio sus ojos se abrieron y se llenaron de lágrimas. Era la madre de Samy, aun trabajaba para mis padres, aun después de todo lo que había sucedido.
-¡Joven Killian! ¿Es usted en verdad? -ella me abrazó fuertemente- creí que jamás volveríamos a verlo, pase por favor, en seguida le avisaré a sus padres, estoy segura que estarán felices de verlo.-nos dirigió hacia la sala.
     Corrió a llamarlos, mis padres llegaron a la sala y al verme quedaron realmente impactados, los ojos de mi madre se llenaron de lágrimas, se acercó a mí y me abrazó fuertemente.
-¡Hijo! Realmente estás aquí –decía con su voz casi quebrándose- pensé que jamás volvería a verte-sus brazos rodeaban mi cuello, podía sentir el latido de su corazón en mi pecho, sin darme cuenta mis ojos se habían llenado de lágrimas también.

    Mi padre, quien siempre pareció un hombre duro, se unió a nosotros, abrazándome fuertemente también.
-¡Bienvenido a casa hijo!- su voz era igual de fuerte que siempre, pero podía sentir el alivio de verme, en sus palabras.
-Por favor, perdónenme por el dolor que causaron mis acciones, por haberme marchado de la forma en que lo hice, creí que estaba haciendo lo correcto, no pensé en las consecuencias.- los ojos de mi madre me veían fijamente-espero que puedan perdonarme.
-No tenemos nada que perdonarte Killian, entendemos que parte de tu decisión fue culpa nuestra. Te amamos hijo, lo que más nos importa ahora es que tu estés aquí de nuevo.-su mano acariciaba mi mejilla, era tan suave como yo la recordaba, como cuando por las noches se sentaba a un lado de mi cama esperando hasta que pudiera dormir.
-¿Y quién es tu amiga hijo?-preguntó mi padre.
-¡Oh! Lo siento... Ella es Jury, es mi novia.- A mis padres claramente les extraño la noticia, ya que podían sentir la esencia humana en ella.
-Un placer conocerte linda.- Dijo mi madre mientras la abrazaba.
-Es un placer para mí también conocerlos.- Dijo Jury con esa hermosa y cálida sonrisa que tiene.
-Papá, mamá, hoy no hemos venido aquí solo por esto- interrumpí- la verdadera razón es porque ambos deseamos saber qué fue lo que pasó hace 13 años con el líder de la orden de vampiros, Alder Sein.”-
     Al oír esto, el rostro de mis padres cambió, se habían dado cuenta que aquel oscuro pasado que los perseguía aún no había terminado, aun venia tras nosotros.
     -Después que hui de casa, hice muchas cosas  de las que ahora me arrepiento, que sé que no estaban bien, aunque tal vez me di cuenta demasiado tarde.
     Pero al darme cuenta traté de reivindicarme y terminé en el pueblo en el que Jury vivía. Ahí encontré tranquilidad y un poco de paz. Sin embargo después de un tiempo el destino nos alcanzó.
     Jury, es la hija menor de la familia Stone, quienes al parecer estuvieron de acuerdo con ustedes que Sein no era el mejor líder para la orden de vampiros.

     Al llegar a la aldea Alder se enteró que  yo estaba allí y envió a una pequeña niña a espiarme, quería que siguiera cada paso que daba, esa niña es Amy, la única hija de la familia Jones, quien también estaba involucrada en todo esto, ¿cierto?. – mis padres se veían el uno al otro con cada palabra que decía, como preguntándose por qué sabía yo todo eso.-
-Ambas perdieron a sus padres gracias a los vampiros de la orden. El líder envió a asesinarlos y aunque Amy estuvo un año bajo su techo al fin logró encontrar una forma de escapar, ha estado bajo nuestro resguardo desde hace aproximadamente un mes.
     Estamos aquí porque queremos que ustedes nos digan que fue lo que realmente sucedió y que nos ayuden a detenerlos.-
     Mis padres estaban realmente desconcertados con esto, no se imaginaron en ningún momento que yo sabía lo que había sucedido y mucho menos que el destino terminaría juntándonos a los tres.
     Mi madre soltó lágrimas que recorrían su preocupado y entristecido rostro. Mi padre trató de calmarla pero ella parecía estar dispuesta a decir toda la verdad.
     -Killian, tu padre Richard y yo tratamos de hacer lo que mejor que creímos para ti, sé que nunca debimos ocultarte la verdad. Así que empezaré contándote desde el principio.
     Cuando teníamos nueve años nuestros padres nos pusieron en una escuela para humanos, Alder también estaba con nosotros. Él era nuestro amigo, siempre jugábamos e íbamos  a casa juntos. Un día un niño de nuestro salón se enteró que éramos vampiros y empezó a divulgarlo por toda la escuela.
         Al principio nadie le creía, pero la gente empezó a poner más atención en nosotros y en cierto momento empezaron a tratarnos mal y hacernos a un lado.
     Alder se enfadó muchísimo y nos convenció que debíamos crear un grupo que pudiera ayudar y defender a los vampiros de los humanos.
     Cuando crecimos teníamos ya varias ideas sobre lo que haríamos y como la iniciativa era de Alder, decidimos que él debía ser el líder del grupo.
     Y efectivamente así fue, en el transcurso de esto conocimos a los padres de Amy quienes decidieron formar parte de la orden. Pero, había algo que siempre había sido un obstáculo en  nuestra amistad.

     Alder, se había enamorado de mí y yo estaba enamorada de tu padre, al igual que el de mí, cuando Alder me lo confesó, yo lo rechacé y le dije que mi corazón ya tenía dueño.
     Después de enterarse que era tu padre a quien yo amaba, su comportamiento comenzó a cambiar, él decía que no le importaba la decisión que yo había tomado, pero sus acciones mostraban lo contrario. Empezó a tratarnos mal, y quería siempre decirnos que hacer, deseaba que todos hiciéramos lo que él quería en el momento en el que él lo decía. Después de algunos años, un día, Alder se topó con aquel chico que en la escuela había revelado nuestra identidad, este hombre se alejó de él rápidamente y empezó a murmurar con las personas que lo acompañaban. Esto enfureció aún más a Alder, en ese momento el no hizo nada, gracias a que nosotros tratamos de calmarlo, pero al día siguiente que nos reunimos nos dio la orden de buscarlo y acabar con él. Ninguno de nosotros quiso acatar su orden, ya que el propósito por el que nosotros habíamos creado el grupo no era destruir a los humanos que nos vieran con malos ojos y que nos despreciaran.
     La historia que mi madre nos contaba era casi igual que la que Sein nos había contado, con la excepción que él no nos había detallado el motivo por el cual no estaban de acuerdo con sus normas.
     Luego mi padre continuó: -“Cuando nos negamos a hacer lo que él nos decía nos amenazó con matar a nuestros hijos, a todo esto tú ya tenías 10 años y Jury estaba por cumplir nueve años. Los Jones aún no habían tenido a Amy así que ellos no corrían tanto peligro en ese momento. Alder nos ofreció el trato que si les entregábamos a nuestro hijo menor él nos perdonaría la vida, en nuestro caso Killian, tú eres nuestro único hijo y no deseábamos perderte. Mary, nuestra empleada ofreció a su hijo Samy para que lo entregáramos a cambio de ti. Sabemos que no fue lo correcto, Samy era ajeno a todo esto y no merecía  ese oscuro futuro, el solo tenía 9 años, pero estábamos tan desesperados que decidimos aceptar. Realmente lo sentimos muchísimo Killian, sabemos que él era tu amigo y que realmente lo apreciabas mucho.-
     Mi padre estaba en lo correcto, Samy era el único amigo que tenía y realmente valoraba muchísimo su amistad.
     Cuando Alder nos contó la historia, pensé que mis padres habían obligado a Samy a ir con él, pero ahora tiene sentido porque Mary, su madre, nunca me trató mal, a pesar de que estaba triste por no tener a su hijo con ella, realmente apreciaba mi vida.

      Los padres de Amy y Jury habían muerto muy injustamente, quien debía desaparecer de este mundo no eran ellos, sino Alder ya que había permitido que la oscuridad inundara su corazón.
-Deben ayudarnos a detenerlo, el jamás nos dejará tranquilos si no lo hacemos.-
-¡Está bien! Pero, ¿cómo lo haremos? Alder es un vampiro muy poderoso, y tiene a cientos de vampiros bajo sus órdenes.- dijo mi madre.
- Debemos idear un plan, una estrategia que nos de ventaja sobre ellos, no importa que sea, debemos liberarnos de él. Además no olvides que nosotros también somos vampiros de sangre pura, somos tan poderosos como él.-
-En eso tienes toda la razón hijo.-dijo mi padre.

***
       Estuvimos una semana en casa tratando de idear el mejor plan de batalla y de prepararnos de la mejor manera posible, ya que si cometíamos alguna equivocación moriríamos.
     Cuando le conté a Mary que buscaría a Samy y trataría de traerlo de regreso a casa estuvo de acuerdo en ayudarnos, habló con el demás personal de la casa y con algunos otros vampiros que conocía para que nos ayudaran.
     Sin darnos cuenta más  de 50 vampiros se unieron a nosotros, de alguna forma Alder también se había metido en sus vidas de una manera cruel y todos estaban de acuerdo en que debía ser destruido.
     Sin embargo había algo que me quitaba el sueño durante las noches, mi dulce y amada Jury estaba dispuesta a participar en todo esto, a luchar, pero ella, a pesar de todo… seguía siendo humana.
Salvar tu vida es mi prioridad.